El cachorro, preparativos para el paseo
En este artículo hablaremos del primer paseo de nuestro cachorro, el paseo de nuestro perro es esencial para su desarrollo tanto físico como mental, socializarse con otros perros, personas y entornos facilitan a que sea un perro alegre, sano y bien equilibrado.
Si es la primera vez que vamos a sacarlo a pasear, es importante tener ciertas precauciones necesarias para evitar posibles problemas.
El mayor riesgo
- A un cachorro no se le debe sacar a la calle a pasear hasta que cumpla el calendario de vacunas, durante este periodo el veterinario le está administrando pequeñas dosis hasta que su sistema inmunológico está refortaleciendo, recuerde que el sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra infecciones que causan las enfermedades.
- Aunque la mayoría de los veterinarios son reacios en este aspecto, no está de más consultarle si podemos sacarlo cogido en brazos (y nunca en el suelo) una vez se le haya administrado la mitad de dosis de todas la vacunas, esto dependerá mucho de dónde vivamos y él es el que mejor nos podrá aconsejar, si pudiéramos sacarlo, para que no tengamos opción de ponerlo en el suelo, es aconsejable sacarlo una vez haya hecho sus necesidades en casa.
Llegado a este punto, pensemos que fuera de nuestro hogar para el cachorro todo es nuevo, por primera vez va a descubrir: personas, otros perros, coches, ruidos que lo desconcertará y/o asustará, para evitar estas situaciones y cuando sea adulto no tenga miedo, inseguridad o falta de carácter lo mejor es la adaptación y la confianza que tendrá con nosotros, durante el tiempo de vacunas que será sobre unos 3 meses, iremos educando y preparando el terreno.
Adaptación
Lo primero de todo, es que el perro tenga su correa y collar, más adelante veremos si necesitará un arnés, los más aconsejables son los que están fabricados en nylon pues son fuertes, maleables y muy cómodos.
Aquí empezamos con el primer objetivo, tenemos que enseñarle que estos accesorios son inofensivos para él, lo tiene que asociar como si fuese un juguete y en el futuro sabrá que estos son sinónimos de salir, divertirse, correr y obviamente conocer y socializarse con otros perros y personas.
Dicho esto, nuestra forma de educar y actuar es muy sencilla:
- Nunca hay que forzarlo, cualquier ejercicio o tarea debe ser agradable para él y para nosotros, tenemos que ser flexibles y tener paciencia.
- Siempre hay que recompensar las buenas acciones, bien con palabras, caricias o golosinas, con estos gestos nuestro perro sabrá que lo ha hecho bien.
Cuando estemos jugando con el perro debemos incluir una pelota, peluche, mordedor y el primer reto, el collar , tenemos que ser claros con este accesorio, no es para jugar entre él y nosotros sino para que se familiarice, dejarlo que lo huela, lo muerda, que haga lo que él quiera y una vez que lo acepte intentamos ponérselo en el cuello, como es natural se sentirá incómodo y querrá quitárselo, si lo consigue, no nos preocupemos, seguimos jugando con él y con los otros juguetes sin darle importancia al collar, no hay que forzar este ejercicio pues nuestro cachorro puede interpretar que es un juego de ‘mi dueño me lo pone y yo me lo quito’ , en otro momento, que no sean los juegos (cuando esté descansando) intentamos ponérselo de nuevo, si él es reacio o se obsesiona con el collar hay que distraerle y esperar a otra ocasión, con pocas repeticiones conseguiremos ponérselo, el collar nunca debe estar apretado al cuello deberá tener una separación que pueda entrar el grueso de nuestro dedo, una vez que este ejercicio lo acepte como una rutina normal y corriente pasamos al siguiente objetivo la correa.
Con la correa pasa lo mismo, lo primero es familiarizarse con ella, una vez conseguido, la enganchamos al collar y se la dejamos puesta durante un buen rato hasta que se acostumbre, seguidamente debemos cogerla y en posición vertical a nuestro cuerpo debemos caminar por la casa, en este estado el perro no sabe nuestras intenciones, es un juego o qué.
Si el cachorro se para y no quiere caminar, no debemos tirar de la correa, el mejor método es retirarnos de él unos pasos y nos arrodillamos intentando que venga hacia nosotros donde se le dará su premio correspondiente, si el perro intenta tirar más de lo que nosotros podemos caminar nos pararemos y desviaremos nuestra atención a él, estos ejercicios debe ser puntuales, lo realizaremos unas cuantas veces y le quitamos la correa guardándola en un sitio donde él no tenga acceso, cuando se acostumbre a caminar con nosotros después de unos pequeños paseos le recompensaremos por su buena acción, en poco tiempo tendrá la lección aprendida donde asimilará la verdadera función de la correa y de esta forma nos será mucho más fácil cuando llegue el momento de sacarlo a la calle.